jueves, octubre 18, 2007

¡¡¡Vivan las retenciones!!!

Este fin de semana estuve por Sevilla. Volvi a ver a viejos amigos, otros mas jóvenes, salir a pasear, de fiesta, cubalibres, agua de floreros, ... es decir, lo de siempre.

El domingo, como es lógico, pequeña resaquilla pero que se arregla con una buena sopa y una buena siesta. Y a media tarde el camino de vuelta.

Hasta aqui todo normal. Lo especial esta a unos 250 km de Sevilla, cuando empiezas a ver que el número de coches que están delante tuya es cada vez mayor, hasta que te encuentras con lo inevitable, ¡¡¡una retención!!!. Y no una retención cualquiera, no, ¡¡¡LA RETENCIÓN!!!.

Todo el mundo piensa que una retención es un aburrimiento, por no decir que es una putada. Pero todo lo contrario, si lo piensas bien una retención viene de maravilla.

Lo primero es que si tu acompañante estaba contando ovejitas deja la calculadora a un lado cuando sueltas un ¡¡¡no me jodassss!!! al ver lo que te espera delante. En ese momento vuelves a tener un copiloto y la radio deja de ser tu única compañera.

Además, una retención es el único lugar donde si golpeas a un coche por detrás la culpa no es tuya, sobretodo en rampa ascendente. Pero fui bueno y cuando comprendí que el coche de delante era el que se acercaba a mi y no yo a el, le indiqué amablemente con mi claxón que si no le importaba pisar un poquito el freno y no darme, si no le era molestia.

También te permite observar el paisaje, las latas tiradas en el arcen, los paquetes de tabaco, las compresas...

Otra ventaja de una retención es que empiezas a observar como la gente se las intenta ingeniar para avanzar un poquito, cuando digo un poquito son muy poquitos metros.

Los hay que se desvían a la gasolinera y justo cuando van a llegar resulta que no repostan, sino que siguen para avanzar por las vias de servicio, que ya habrá un alma caritativa que los deje pasar.

Los hay también que se cambian de carril constantemente, aunque sinceramente no se si lo que quieren es avanzar o cambiarle la pintura al coche.

Pero la mayor ventaja es que te permite analizar (casi sintácticamente) todas aquellas canciones, que aunque las cantas y te sabes la letra casi de memoria, no tienes ni idea de que quieren decir.
Y cuando estas a punto de descifrar una de esas canciones, en la que más imterés estas poniendo... se acaba la retención y empieza el tráfico fluido.

En ese momento no sabes que hacer, por un lado te gustaría seguir destripando la canción, pero por otro los coches que vienen por detrás te empiezan a pitar porque no entienden que puedas ir por la autovía a 40.

Total que al final decides ir a un ritmo normal con la esperanza de poder encontrar una nueva retención un poquito más adelante...

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